lunes, 27 de julio de 2015

Sierra de Aralar, Baraibar. 26/7/2015

Algunas especies muy dispersas y muy escasamente representadas.
Siempre se encuentran sorpresas, el Clitocybe catinus, primera cita para Navarra, y una seta muy rara de montaña. Se trata de un clitocibe del grupo de los blancos, tóxicos, con sombrero blanco, uniforme, no higrófano, de tacto suave y brillante y con una típica mama en el centro.
La principal diferencia con el resto de clitocibes blancos son sus esporas en forma de lágrima, bastante grandes, y la falta de un olor neto de harina
En los troncos y ramas en descomposición es donde más hongos aparecen en tiempos de sequía, aquí tenemos la preciosa Mycena renati, de sombrero rosa y pie amarillo que sale en ramilletes.
Las orejas de Judas, Auricularia auricula-judae, comestible muy apreciado en la comida oriental.
 E incluso la Xerula radicata, una seta, muy poco carnosa, de gran porte y provista de una larga raíz que puede alcanzar hasta los 50 cm bajo tierra.
Y terminaremos con la Parasola plicatilis una delicada seta cuyo sombrero recuerda un paraídas.

RELACIÓN DE ESPECIES OBSERVADAS

Auricularia auricula-judae, Clitocybe catinus, Daedaleopsis confragosa, Mycena renati, Parasola plicatilis, Russula cyanoxantha, Xerula radicata

Latasa de Imotz. 25/7/2015

Las tormentas hacen fructificar algunos hongos en puntos muy concretos donde el sol no deseca el suelo rápidamente.
Unos preciosos ejemplares de Inonotus hispidus sobre un tronco muy debilitado de fresno, Fraxinus excelsior.
Se trata de un yesquero de carne muy blanda, acuosa y fibrosa que recuerda a la Fistulina hepatica, pero con superficie hirsuta, pelosa.
 
Suelta gotitas acuosa por el himenio y contiene unas espículas o setas el himenio que no presenta la Fistulina.
Algunas Russuláceas, "gebelurdiñes" que son de las especies más tempraneras en fructificar, además de la Russula cyanoxantha que también encontramos destacaba por su porte este gibelurdiñ blanco, la Russula delica.
E igualmente la Psathyrella candolleana, una seta muy delicada de espora grisácea, comestible, pero muy poco carnosa y de escaso interés.

lunes, 20 de julio de 2015

Lanz. 4/7/2015

Con estas temperaturas pocas especies carnosas aparecen así que es momento de fijarse en los yesqueros.
Un precios ejemplar de Ganoderma adspersum, un gran yesquero con la superficie recubierta de una fina capa de laca que se disuelve si le aplicar una llama.
La superficie inferior, el himenio está formado por muy diminutos poros blancos que se ponen marrones al tocar.
Lo que caracteriza a esta especie de otros congéneros es su gruesa trama (carne), de varios centímetros de grosor y con varios estratos de crecimiento, de color marrón rojizo oscuro, uniforme, sin manchas blancas.
Y lo más desconocido para la mayor parte de los aficionados que no utilizan microscopio, sus peculiares esporas, truncadas en un extremo y recubiertas de una doble pared, únicas en el mundo de los hongos y características del género Ganoderma.