Hayedo muy seco de manera general salvo zonas muy puntuales y esperando la lluvia por lo que encontramos muy poquitas fructificaciones sobre hojarasca, muy escasamente representadas y también pocas lignícolas porque también la madera se ha secado mucho.
Algunas especies muy poco carnosas y que requieren poca humedad para su desarrollo, Marasmiáceas, entre las cuales encontramos la
Hymenopellis radicata que con su larga raíz obtiene humedad de las profundidades.
Y el
Gymnopus peronatus un seta casi coriácea y con muy poca humedad, de láminas ocráceas muy espaciadas y sabor picante.
Más carnosas muy pocas, la
Russula aurora de láminas y esporada blanca y carne dulce.
El
Hygrophoropsis aurantiaca también de carne bastante consistente, poco acuosa, y muy similar al rebozuelo,
Cantharellus pallens, del que también hemos observado una muestra gran parte comida por limacos.
Bajo los troncos y en zonas con cierta humedad la
Psathyrella candolleana, de láminas oscuras y esporada negra que contrastan con el sombrero casi blanco.
Sobre troncos muy pocas especies carnosas, Agaricales, entre las cuales destacamos los pleurotos, (muy incipientes), y el
Crepidotus applanatus, muy parecido, pero de esporada marrón y esporas esféricas.
Esporas esféricas del Crepidotus applanatus.
Y lo demás yesqueros o Afiloforales y estromas de Ascomicetos, todos relictos del año pasado. Entre los primeros destacamos la
Bjerkandera adusta de poros grisáceos.
El
Trichaptum biforme, de himenio formado por poros desgarrados a modo de aguijones.
Y el más grandes el
Trametes gibbosa de poros alargados bajo cuyo cobijo se resguardan muchos animales que buscan humedad, entre ellos los limacos que dejamos al descubierto al darle la vuelta.
Por último mencionaremos la corteza porosa de la
Fuscoporia ferruginosa, precisamente de un color óxido o ferruginoso, pero que se diferencia de otras afines por la presencia por debajo de los poros, en el subículo de grandes espículas esclerificadas.
Espícula del subícula de la
Fuscoporia ferruginosa.