lunes, 24 de junio de 2024

Puerto de Velate (Ulzama) (22/6/2024) Hayedo

 Muy pocas especies carnosas, sin embargo, hemos observado algunos hongos curiosos e interesantes que normalmente no hacemos caso.

La Helicogloea compressa es un hongo que forma gran número de bolitas carnoso gelatinosas sobre madera muy descompuesta de haya.

Viene a tapizar la madera prodrida de pequeños abultamientos blanquecinos de hasta 2 a 3 mm de diámetro de consistencia coriácea gelatinosa.


Cuando observamos la superficie de estas bolas al microscopio no encontramos ni basidios ni ascas.


Solo gran cantidad de esporas que por su mrofología, asimétrica y sin apículo se deduce que no son ni ascosporas ni basidiosporas, sino conidios, es decir, esporas asexuales.

Y curiosamente vemos que toda la superficie esta tapizada de conidióforos ramificados que recuerdan los conidióforos del Penicillium, digitados y en su extremidad por estrangulamiento se van produciendo las esporas asexuales en grandes cantidades.

Entre los numerosos anomorfos casi nos pasan desapercibidos hongos semiesféricos, algo más grandes y menos duros, en este caso se trata de Mixomicetos, Lycogala epidendron maduros, lo más frecuente es verlos en fase plasmodial, amarillo o anaranjados.


También sobre la madera de haya muy descompuesta observamos unas costras blancos grisáceas de aspecto ceráceo y superficie aparentemente lisa, pero observada con más detalle se ve irregular, con abultamientos o rugosidades, se trata de la Xenasma tulasnelloideum, un tipo de hongo corticoide de consistencia gelatinoas y esporas espinulosas.


Peculiares basidios que no salen de los extremos de las hifas sino de otras partes de las hifas, y lo más curioso es que no perteneces a esta especie sino a un Botryobasidium, lo que demuestra la presencia en costras de hongos diferentes que solo se reconocen al microscopio.


Aquí tenemos los basidios de la Xenasma tulasnelloideum.


Y con esporas elipsoidales y espinulosas.


Otras especies carnosas observadas tienen mucho menos interés, es el caso de la común Megacollybia platyphylla.



 De la Amanita gemmata con un sombrero de un bonito color amarillento decorado con escamas blancas restos del velo general.


O de la seta de los tocones, Pleurotus pulmonarius.


Y por último terminaremos el breve pero jugoso reportaje con otra especie de interés y en este caso de las carnosas, la Psathyrella leucotephra, de sombrero muy claro e higrófano, muy parecida a la Ps. candolleana pero con pie provisto de un gran anillo membranoso.



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