El día muy lluvioso y pésimo para meterse en un bosque con mucho matorral alto por lo que el paseo micológico se redujo a los bordes de caminos y áreas libres de matorral, especialmente de brezos y escobas.
La clave de diferenciación de las distintas especies de negrillas está en la estructura de la cutícula del sombrero, lo que se conoce como carácter Josserandi. En este caso se aprecia una triple capa de hifas, J+++, propio del Tricholoma terreum y que lo diferencia de otras afines como la anterior.
Del exterior hacia el interior presenta una capa de hifas finas y pigmentadas, otra subjacente de hifas más gruesas y también pigmentadas y en el interior otras hifas muy gruesas con células muy cortas, casi himeniforme, luego viene la trama o carne del sombrero.
En otras negrillas la cutícula es muy diferente, está formada por una o a lo sumo dos capas diferenciadas de hifas, aquí la cutícula del Tricholoma scalpturatum, con una sola capa de hifas pigmentadas y sin capa himeniforme, J+.
Y ésta la cutícula de Tricholoma atrosquamosum, muy parecida, pero con solo una capa, J+
Así como su congénere, Hygrophorus discoideus, también con sombrero y pie muy mucoso, pero de mayor porte y con un sombrero de una típica coloración marrón oscura en el centro y bruscamente decolorado hacia los bordes, "discolor".
Más escasos entre la hojarasca el Hygrophorus arbustivus, en este caso ejemplares muy pequeños, pie seco y sombrero igualmente seco de una coloración ocrácea (más coloreados que lo que aparece en la foto) con fibrillas radiales.
Y como muestra de los efectos del agua que hemos padeciedo en el paseo, corros de champiñones completamente deteriorados, en este caso Agaricus porphyrizon, con coloraciones purpúreas.
Pocas veces faltan en estso bosques mediterráneos las pequeñas Tubaria romagnesiana, con muy escasos restos de velo general en el borde del sombrero.
Y en las mismas zonas, "cuescos de lobo", Lycoperdon perlatum.
Y terminamos con dos especies que a primera vista nos despistaron, pequeña, blanca y con sombrero muy mojado parecía un hígroforo de los muchos observados, sin embargo, al darle la vuelta nos encontramos con unas láminas apretadas y ocráceas, propias del Inocybe geophylla, a diferencia de los higróforos, muy tóxica.
Y algo parecido nos pasó conesta pequeña seta, blanca y seca con tonalidades amarillentas. En este caso al darle la vuelta nos encontramos con unas láminas muy decurrentes, poco espaciadas para un higróforo y bastante para un Clitocybe gibba, que fue nuestra primera opcion.
Al no encajar bien con ninguna de las opciones barajadas nos la llevamos y la sorpresa fue sus esporas muy amiloides y con verrugas, lo que ya no había duda de que se trata de una especie interesante, un Leucopaxillus.
Y en la parte baja de la lámina, lo que da a la carne otros cistidios flexusoso y claviformes, ambos caracteres nos han llevado a descubrir una especie nueva para la Comunidad Foral, el Leucopaxillus cutefractus, una especie bien caracterizada, bastante rara y macroscópicamente similar al Leucopaxillus paradoxus, mucho más común. Esperamos volver con mejores condiciones y hacer nuevas recolecciones de esta especie.
Relación de especies observadas
Agaricus porphyrizon, Coprinopsis
picacea, Hebeloma longicaudum, Hygrophorus arbustivus, Hygrophorus discoideus, Hygrophorus
eburneus, Hygrophorus eburneus, Lactarius chrysorrheus, Leocarpus fragilis, Lepista
nuda, Leucopaxillus cutefractus, Lycoperdon perlatum, Mycena abramsii, Rhodocollybia
butyracea, Tricholoma scalpturatum, Tricholoma terreum, Tubaria romagnesiana,






















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