jueves, 27 de marzo de 2025

Igúzquiza (23/3/2025) Carrascal

 Un paseo muy entretenido por estos bosques mediterráneos de Quercus en las proximidades de Montejurra, no hemos tenido que centrar nuestra atención en ramas o troncos sino en la hojarasca, musgos o al suelo en general.



La primavera es el tiempo óptimo para los Ascomicetos Discomicetos, es decir, para los carpóforos membranoso o carnosos, entre ellos la Sarcosphaera coronaria, una especie de patata hueca con un interior violáceo.


También la Helvella acetabula, con un pequeño pie medio inmerso en el suelo, provisto de costillas o pliegues longitudinales.


Muy parecida a la Helvella leucomelaena prácticamente sin pie o con un pie liso, sin pliegues.


Con un apotecio de colorido muy similar, pero sin pie, en este caso se trata de una Peziza, más concretamente la Peziza phyllogena.


Para confirmar el género y especies, la principal diferencia es de tipo microscópico, unas ascas amiloides que se tornan azuladas en la extremidad con el yodo, lo que no hacen las Helvella, y unas esporas claramente verrugosas.


La omnipresente en invierno y llamativa, Sarcoscypha coccinea, también provista de un pie blanco que sale de las ramitas semienterradas.


Y ya encontramos algunas especies más carnosas y más propias de otoño como como los rebozuelos, Cantharellus pallens.


Las negrillas claras, Tricholoma scalpturatum.



El sombrero de esta especie parece al de otras muchas especies de este género, como Inocybe rimosa, I. cookei u otros, por lo que para su identificación precisa es preciso confirmar la presencia de diminutos pelillos solo en la parte alta del pie y en la arista de las láminas que son cistidios cristalíferos y esporas almendradas, no nodulosas.


Mas rara e interesante, la Clavulina rugosa, formada por ramilletes de clávulas que parecen lombrices, indivisas de una coloración blanco grisáceo.


Otras especies interesantes observadas, el Hydnellum concrescens, se textura coriácea.


E himenio formado por aguijones marrones.


Sobre los tocones musgosos, plasmodios de Lycogala epidendrum.


Y algunos Gasteromicetos como el Astraeus hygrometricus.


El Geastrum rufescens con cabeza netamente pedunculada y separada de la envuelta externa estrellada.


O el tulostoma de invierno, Tulostoma brumale, muy característico por su pequeño tamaño y su largo pie estilizado.


La especie más rara observada tambien es de pequeño tamaño y como la anterior también sale entre musgos, a primera vista parece una Galerina aunque de un color muy oscuro castaño, sin embargo, presenta un pequeño anillo fugaz en el pie y sobre todo la microscopia peculiar la separa de este grupo.


Presenta una cutícula de tipo himeniforme, con terminaciones de hifas globulosas o piriformes, lo que nos lleva a las Bolbitiáceas y en concreto al género Conocybe.


Presenta unas esporas elipsoidales y no demasiado grandes ni oscuras, provistas de poro germinativo.


Y los más importante, unos cistidios de arista apendiculados o fusiformes y ninguno capitado o de tipo lecitiforme, especie pendiente de identificación, próxima al Conocybe blattaria.


Por último terminaremos este reportaje con un par de especies observadas en unos pinares de Pinus nigra de repoblación presentes en los alrededores, el Tricholoma psammopus.


Y los estromas de Cordyceps militaris.


Estos hongos desarrollan sobre crisálidas de mariposas, generalmente de procesionaria, como se pueden ver al desenterrar las fructificaciones con cuidado.