Último paseo micológico de esta temporada que coincide con un período de fuertes temperaturas y sequía extrema con lo que todo lo que hemos observado se encontraba muy seco y, por supuesto, la mayoría especies lignícolas donde encuentran algo de humedad. Sin embargo y sorprendentemente hemos podido observar una especie interesante.
Sobre ramas de carrasca el Maramiellus candidus, con el sombrero un tanto enrollado por causa de la sequía, una setita que sale en grupos, de consistencia un tanto coriácea y láminas muy decurrentes y muy espaciadas, en algunos casos prácticamente pliegues.
Uno de los caracteres más sobresalientes y que la diferencia de otras similares, como el Maramiellus ramealis son los pecualiares cistidios, muy alargados, lanceolados y algunos casi moniliformes que tapixan las aristas de las láminas y la superficie del sombrero.
Y aunque se trata de una especie muy común en estos ambientes, observar la Russula foetens en este tiempo y en estas condiciones es todo un acontecimiento.
Y las láminas tapizadas de basidios y cistidios fusiformes.
Y donde hemos observado más especies es sobre ramas y troncos, en general muy secas, como la Daedaleopsis nitida de gruesos poros hexagonales.
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