A ésta época del año todavía se pueden ver negrillas de pino, en este caso la negrilla clara, el Tricholoma scalpturatum que muchos no saben diferenciar de la verdadera negrilla , Tricholoma terreum.
La diferencia entre ambas hay que hacerla usando un microscopio y observar la sección de la cutícula. En esta especie la cutícula está formada por una capa hipodermis de hifas gruesas y la epidermis o propiamente cutícula con hifas ligeramente pigmentadas, mientras que en la verdadera negrilla, Tricholoma terreum, la cutícula tiene dos capas, hipocutícula y epicutícula con hifas incrustadas de pigmento negro y por esos aparecen más oscuras y con la cutícula uniforme apenas escamosa.
Aquí vemos sus órganos reproductores, los basidios algunos con cuatro cuernecillos o esterigmatos, tetraspóricos que producen 4 esporas y otros bispóricos con solo dos.
Su principal encanto está en su himenio dotado de dos tipos de cistidos en las arista de las láminas, unos coronados con pequeños cristales de caliza.
En los bordes de las pistas y si nos fijamos detenidamente vemos vemos pequeños discos rojos, son Ascomicetos, en este caso la Melastiza chateri con el borde ligeramente más oscuro.
Presenta unas esporas espectaculares con crestas reticuladas.
El Lycoperdon molle o cuesco de lobo, con peridio externo o superficie externa casi lisa, con finas espinillas apenas visibles y caducas. Aparece en carrascal .
En los postes y cercas hechas con madera de pino llama la atención el yesquero de cercas, Gloeophyllum sepiarium. Aquí un ejemplar joven con himenio formando láminas por la parte inferior.