A mediados de diciembre el bosque mediterráneo se encuentra como si fuese primeros o mediados de noviembre, con una buena representación de especies, aunque, salvo alguna excepción, en general con escasa representación de casi todas.
El
Hygrophorus russula, una especi típica de bosques mediterráneos, como su nombre indica, aspecto de rúsula, pero carne dura y fibrosa y láminas bastante espaciadas que se pican de vinoso, aunque suele ser muy abundante de momento escaso.
Lo mismo podríamos decir de su congénreo, el
Hygrophorus persoonii, o llenega gris de los encinares, con sombrero y pie muy viscosos y que al deteriorar o con amoniaco se poen verdoso.
Estos bosques suelen ser el paraíso de los amantes de los cortinarios, este complicado género suele esta muy bien representado, sin embargo, en estos momentos solo hemos observado dos especies bastante interesante,
Cortinarius ionochlorus de láminas lilas que pasan a ocráceo en la madurez por las esporas.
Y el Cortinarius variiformis, también de láminas lilas al principio y pie recubierto de escamas o bandas en los 2/3 inferiores.
Sin duda una de las especies más abundantes observadas ha sido la
Peziza repanda debido a que sale especialmente sobre las birutas de corte de arbolado y en esta zona se ha hecho entresaca.
Siguiendo en abundancia por toda la zona la
Tubaria romagnesiana, algunos ejemplares muy pequeños que nos han hecho pensar en
Tubaria minutalis, pero el tamaño de las esporas y restos de la micro ha confirmado que se trataba de la misma especie.
También bastante frecuente el
Leocarpus fragilis, un Mixomiceto cuya formas plasmodiales son muy llamativas por su color amarillo, pero una vez maduras pasan desapercibidas.
Una especie muy común por diversos ambientes que tampoco faltaba aquí,
Paralepista flaccida, una seta anaranjada de láminas blancas muy decurrentes.
Una sorprendente negrilla, muy parecida a la negrilla de pino y difícil de diferenciar,
Tricholoma orirubens, de superficie afelpada como la del
Tricholoma terreum, la negrilla de pino
, pero de pie más consistente y láminas con frecuencia con reflejos rosados en los eejmplares un poco pasados.
Tampoco falta la
Mycena rosea = Mycena pura var rosea, muy policromática y de muy diferentes tamaños, pero todas con un característico olor patata cruda.
Por último terminaremos este breve reportaje con algunas especies muy comunes en estas comunidades mediterráneas pero que por diversas razones nos pasan desapercibidas, es el caso de las cortezas de roble,
Peniophora quercina. Unas pequeñas
Mycena meliigena en la base.
Y terminamos con las diminutas
Phloeomana minutala, una seta muy común sobre las cortezas musgosas de los robles, carrascas y encinas.
Relación de especies observadas
Clitocybe dicolor, Coprinopsis picacea, Cortinarius
ionochlorus, Cortinarius variiformis, Crepidotus cesatii, Fuscoporia torulosa, Galerina
vittiformis, Hygrophorus persoonii, Hygrophorus russula, Lactarius chrysorrheus,
Leocarpus fragilis, Lepiota castanea, Lycoperdon perlatum, Mycena galericulata,
Mycena pura, Paralepista flaccida, Peniophora quercina, Peziza repanda, Phloeomana minutula,
Radulomyces confluens, Radulomyces molaris, Rhodocollybia butyracea, Stereum
gausapatum, Stereum hirsutum, Stereum ochraceoflavum, Tremella
mesenterica, Tricholoma orirubens, Tubaria romagnesiana, Xylaria hypoxylon,