martes, 18 de marzo de 2025

Odieta (16/3/2025) Pinares de Pinus sylvestris

 En este tiempo de invierno y hasta que no despierten los Agaricales, las setas carnosas, es momento de fijarse en las ramas y troncos, en los hongos lignícolas y en este paseo nos hemos dedicado a observar fundamentalmente los hongos corticoides, costras y cortezas, muy parecidos macroscópicamente pero que constituyen todo un mundo.


La Junghuhnia nitida es un hongo en forma de costra blanca o un poco rosada con bordes muy bien definidos y superficie recubierta de poros muy regulares y visibles a simple vista.


Los poros son muy regulares y relativamente grandes, 3 a 4 por milímetro.


Sin embargo, lo más característico son los cistidios cristalíferos, lamprocistidios, que tapizan el interior de estos diminutos orificios.


Estos tubos o perforaciones están constituidos por dos tipos de hifas, trama dimítica, unas gruesas que dan consistencia y otras más finas y difíciles de ver, las hifas generativas, de las que surgen pequeños basidios tetraspóricos.

Producen grandes cantidades de diminutas esporas, cilíndricas y estrechas.


Costra muy parecida es la Sidera lenis, más fina, de escaso 1 mm de grosor, de bordes no claramente definidos como la anterior, pero superficie igualmente recubierta de poros.


En esta especie los poros son mucho más pequeños, hasta 8 por milímetro, casi imperceptibles.

Sin embargo, las mayores diferencias son a nivel microscópico, carece de los cistidios de la anterior especie y las esporas son todavía más pequeñas, cilíndricas y curvadas, muy características.


A simple vista el Dacryobolus karstenii parece una costra similar, muy fina y con bordes bien defindios, pero en este caso la superficie es completmente lisa, carece de orificios o aguijones y su coloración es un poco rosada a ocrácea.


Detalle de la superficie, lisa y con la edad cuarteada.


Esta superficie aparentemente lisa, sin embargo, esconde una multitud de diminutos cistidios que emergen y que solo son visibles con una buena lupa o al microscopio.

Son cistidios del tipo lamprocistidio, con la extremidad recubierta de cristalizaciones.


Otra corteza de mucho más grosor, hasta 1 cm, y en ocasiones con los bordes un poco revueltos formando pequeños sombreros y unos grandes poros desgarrados que parece en ocasiones aguijones, se trata de la Osteina undosa.


El hongo presenta una textura muy blanda y esponjosa con toda la superficie recubierta de gruesos poros desgarrados e irregulares.

Los poros se desgarran y forman localmente aguijones de hasta 1 cm de largo, lanceolados o subulados y muy blandos.

Las esporas son muy diminutas, no amiloides, cilíndricas y algunas un poco curvadas, típicas de los yesqueros blandos como Postia y Tyromyces.


Por último, terminaremos este breve reportaje con otra especie que convive con estas costras, se trata en esta ocasión de un Mixomiceto, primera cita para la Comunidad Foral de Navarra, Trichia botrytis.


Está formado por esporangios esféricos de hasta 1 mm de diámetro, sostenidos por unos pies bastante esbeltos de hasta 2 a 4 mm, todos ellos negros o marrón muy oscuros.


En la madurez se van cuarteando y se abren en estrella dejando ver el interior pulverulento de una viva coloración ocrácea.


Toda esa masa pulverulenta está formada por un conjunto de peculiares filamentos, el capillicio, que en realidad son unos cordones formados por varios filamentos o eláteres enrollados entre sí que engloban gran cantidad de esporas.


Las esporas son esféricas u ovoideas con la superficie muy finamente granulosas o espinulosa, pero sin formar reticulaciones.

lunes, 10 de marzo de 2025

Basaburúa (9/3/2025) Robledal y hayedo

No hemos observado ningún Agarical salvo unos restos negros y momificados de Russula nigricans; sin embargo, sí que hemos visto una buena representación de Afiloforales lignícolas y Ascomicetos, tanto estromáticos como pequeños apotecios, Discomicetos.


Entre los Afiloforales algunas cortezas son muy parecidas si no se observan con detenimiento y muy atractivas si las observamos con un microscopio, entre ellas la Hymenochaete rubiginosa, de superficie más o menos lisa o muy vagamente rugosa, más o menos levantada en los bordes y con una coloración tabaco.


Observada con una lupa, se aprecia una superficie como vellosa.



Y ya el microscopio nos muestra que esta vellosidad la forman innumerables espículas puntiaguadas de paredes esclerificadas.


Una corteza muy similar, pero con los bordes totalmente adheridos al sustrato, es la Fuscoporia ferruginosa.


Una observación con lupa nos muyestra una superficie completamente tapizada de diminutos poros muy regulares, 5 a 6 por milímetro.


Espícula de los tubos.


Como en el caso anterior, también presenta espículas en el interior de los tubos y en la trama basal, en lo que se diferencia de la Fuscoporia ferrea que carece de espículas en la trama basal.


Y también unas costras similares, pero con superficie recubierta de poros desgarrados o casi aguijones y de una coloración más clara: Schizopora paradoxa


Con bordes más levantados que dan lugar a sombreros en concha, estantería o pezuñas, también observamos una batería de morfología muy similar por la parte superior, siendo el más común el Trametes versicolor con himenio poroso.


Muy parecido por arriba, pero con superficie interior, himenio liso, el Stereum insignitum.


E igualmente con himenio liso, pero superficie superior mucho más pelosa, Stereum hirsutum.


Y mucho más grandes y en forma de estantería invertida o pezuña, Trametes gibbosa de poros alargados.


Y el más común de los yesqueros, Fomes fomentarius, de poros muy finos por la parte baja, casi inapreciables.


En las ramas de roble es raro no observar las tripas amarillas, Tremella mesenterica.


Y diversos Ascomicetos; algunos desarrollan bajo ramas donde se conserva la humedad, es el caso de la Dasyscyphella nivea, que se observa a simple vista como diminutos puntitos blancos.


Pero observados con una buena lupa, vemos diminutas copitas con los bordes ciliados.


Y también los apotecios de la Chlorociboria aeruginascens con un micelio verdoso que se hace muy evidente sobre las ramas donde desarrolla.


Por último, terminaremos con algunos Ascomicetos estromáticos que prácticamente podemos observar durante todo el año, como Biscogniauxia nummularia.


Las costras negras del Diatrype stigma, sobre ramas de haya.


Y el menos común, el Annulohypoxylon multiforme, que forma unas costras almohadilladas con la superficie marcada de prominencias de los peritecios con el centro elevado por la punta del ostiolo.

lunes, 3 de marzo de 2025

Marzuolus y afines

 En estas fechas invernales observamos pocas especies carnosas de Agaricales en nuestros bosques salvo alguna muy esporádica normalmente en zonas protegidas, sin embargo, por estas fechas de febrero y sobre todo marzo, nos podemos  encontrar en hayedos una seta muy cotizada que constituye todo un reto su recogida por la dificultad de observarla, se trata del "marzuolos" o "seta de marzo".


Aunque es una especie del género Hygrophorus no se la conoce como llenega sino como seta de marzo o higróforo de marzo, el Hygrophorus marzuolus en realidad es una especie muy afín a las llenegas que sale a primeros del año cuando no hay apenas otras variedades por lo que es muy cotizada aunque nada fácil recogerla en el campo.


Muy similar al verdadero marzuolus pero más propia de otoño es el  H. camarophyllus, también de gran valor culinario, con pie más largo y estilizado y más o menos grisáceo o recorrido de fibrillas oscuras.


También muy afin, el Hygrophorus calophyllus preferentemente otoñal y más propio de pinares y de bosques mediterráneos, se caracteriza por sus láminas rosadas, aunque su esporada es blanca, tan buen comestible como los anteriores, igualmente de pie relativamente estilizado y recorrido por fibrillas oscuras



La llenega o higrófo de olor almendras, claramente otoñal, Hygrophorus agathosmus, también muy común en bosques de coníferas presenta un colorido grisáceo, pie seco, estilizado y completamente blanco, pero además se caracteriza por su agradable olor a almendras amargas.


Sin embargo, los más famosos higróforos parientes del marzuolus, son los conocidos como "llenegas grises", especies propias de confíeras y otoñales, de éstas la más cotizada es el Hygrophorus latitabundus, una seta de pinares con sombrero recubierto de una gruesa capa viscosa marrón sin ningún tono verdoso ni aún con amoniaco y pie largo, grueso e igualmente muy viscoso. Gran comestible y muy apreciado en Cataluña.


Muy parecida pero en hábitats diferentes, bosques mediterráneos y caducifolios, muy rara en pinares, el Hygrophorus persoonii  en general de menor porte, pie menos grueso y sobre todo una coloración con tonalidades más verdosas que se hacen más evidentes cuando se le acerca un poco de amoniaco.