Con estas temperaturas pocas especies carnosas aparecen así que es momento de fijarse en los yesqueros.
Un precios ejemplar de Ganoderma adspersum, un gran yesquero con la superficie recubierta de una fina capa de laca que se disuelve si le aplicar una llama.
La superficie inferior, el himenio está formado por muy diminutos poros blancos que se ponen marrones al tocar.
Lo que caracteriza a esta especie de otros congéneros es su gruesa trama (carne), de varios centímetros de grosor y con varios estratos de crecimiento, de color marrón rojizo oscuro, uniforme, sin manchas blancas.
Y lo más desconocido para la mayor parte de los aficionados que no utilizan microscopio, sus peculiares esporas, truncadas en un extremo y recubiertas de una doble pared, únicas en el mundo de los hongos y características del género Ganoderma.
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