Aunque las heladas ya han hecho estragos entre las fructificaciones de hongos que ha hecho que la mayor parte entre en estado de letargo hasta mejores momentos todavía podemos encontrar algunas especies interesantes para entretenernos.
Entre ellas el Leccinellum lepidum u hongo de encina, no solo es una especie interesante micológicamente hablando sino también es un buen "hongo" para esta época del año.
Igualmente comestibles, aunque no tan apreciados por su sombrero viscoso son las llenegas, Hygrophorus dicoideus, característico por su sombrero muy claro con el centro muy contrastado y láminas decurrentes blancas o un poco rosadas.
Muy afectadas por las heladas pero también hemos encontrado algunos grupos interesantes de negrillas, Tricholoma scalpturatum, más claras que las de pino pero de similar valor culinario.
Y otras especies de más interés micológico que gastronómico como el Cortinarius bulbosus, de pie engrosado en la base como indica su nombre.
El falso robellón o falso nízcalo de leche blanca que amarillea al oxidarse con el aire y de carne picante, Lactarius chrysorrheus.
Una oreja de asno característica por su forma de oreja sujeta al suelo por un lado y de un grupo de colores marrones más o menos oscuros no muy bien definido, Otidea bufonia.
Y terminamos este breve reportaje con una seta que nunca falta en invierno y fácil de reconocer por su forma de copa con pie y su colorido, Sarcoscypha coccinea.
Relación de las especies observadas
Cortinarius bulbosus, Cortinarius
callochrous, Cortinarius infractus f_subhygrophanus, Hydnum repandum, Hygrophorus
discoideus, Lactarius chrysorrheus, Leccinellum lepidum, Otidea bufonia, Sarcoscypha
coccinea, Tricholoma scalpturatum,