Algunas especies por su valor culinario, su tamaño y su proliferación son más buscadas y recolectadas que otras, a continuación vamos a ver cuál fue la aparición más precoz de estas especies.
Las primeras negrillas se registraron en Juslapeña por Miguel Urra, en los pinares, aunque fue el Tricholoma atrosquamosum que no es la especie más apreciada
El 1 de febrero en los hayedos de la Ulzama, también Miguel Urra observó gamuzas, Hydnum repandum, aunque en bastante mal estado.
Los primeros pie azules registrados fueron observados por Santiago Arrondo el 10 de marzo en Aranguren.
Los primeros primordios de perretxiko, Calocybe gambosa, fuero observados por Miguel Urra en Esteríbar el 14 de marzo.
Y el 28 del mismo mes se registraron ya bien desarrollados por el mismo observador
Las primeras morillas, Morchella fluvialis, fueron observadas en Esteríbar por Puri Mateo el 16 de abril
Las primeras floraciones de seta de troncos, Pleurotus pulmonarius, fueron registrada por Luis García Bona en la ribera del Aragón en Sangüesa., el 24 de abril
Y en las mismas riberas del Aragón, el mismo día y el mismo recolector registró los primeros champiñones, Agaricus bitorquis.
Las primers senderuelas del año fueron registradas por Miguel Urra en el valle de Erro el 29 de abril
Los primeros champiñones de campo, Agaricus campestris fueron citados por Miguel Urra el 5 de mayo en praderas de Esteríbar.
Los primeros hongos de encina, Leccinum lepidum, fueron observados el 14 de mayo por Santiago Arrondo en los carrascales de Galar.
Y los más preciados, los primeros "hongos primaverales", fueron observados por Carmen Montoro el 6 de junio en los robledales de la Ulzama.
Los primeros rebozuelos, Cantharellus pallens, casi de muestra, fueron observados por Miguel Urra el 14 de junio en los hayedos de Doneztebe.
Los primeros gibelurdiñes, Russula virescens, fueron vistos el 2 de julio en Baztán por Xabier Etxarri
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