De manera general se conocen como gibelurdiñes a las especies
del género Russula y por tanto de carne granuda como el hígado que presentan
sombrero azulado, violáceo o púrpura y con frecuencia bastante variable de
coloración, versicolor. Algunas son picantes y por tanto de escaso valor
culinario como las que vamos a ver a continuación y otras son dulces o no
picantes y en general son buenas comestibles y algunas muy apreciadas en el
norte.
En los bosques de coníferas es donde más abundan algunas de
estas gibelurdiñes picantes, entre ellas la más común es la R. torulosa con
olor a manzana o patata cruda y láminas cremas en la madurez.
Muy similar y de difícil diferenciación es la R. queletii que
es más propia de bosques de abetos o píceas, Picea y su carne más picantes que
la de la anterior especie presenta un olor frutado y no de patata o manzana.
Menos común, pero también muy parecida es la R. sardonia = R. drimeia de láminas muy amarillas en los ejemplares maduros por la coloración
de la esporas y que se ponen rosa rojo con las bases fuertes, potasa o
amoniaco.
Más raras son las gibelurdiñes picantes de láminas blancas en
la madurez por presentar igualmente esporada blanca, posiblemente la más común
tanto en caducifolios como en bosques de coníferas es la R. fragilis, que como
su nombre indica es una especie de pequeño porte y pie fino y frágil.
Mucho más consistente y también más rara es la R. atropurpurea = R. krombholzii con sombrero muy
bonito, púrpura muy oscuro en el centro y muy decolorado en los bordes y cuya
carne se pone marrón anaranjada con la anilina.