jueves, 2 de enero de 2025

Mendaza (29/12/2024) Encinar

 No en gran cantidad pero si encontramos una importante variedad de fructificaciones de hongos y algunas muy interesantes, la mayor parte en zonas un poco abiertas con hierba y musgo, muy pocas en las zonas muy cubiertas.


Sin duda la especie más interesante observada ha sido el Cordyceps tuberculata, una especie muy rara, primera cita en Navarra y una de las pocas citas en toda la Península Ibérica.


Esta especie parasita a insectos adultos, no a crisálidas, como el común Cordyceps militaris, mucho más conocido, invade el cuerpo del insecto, lo momifica y luego produce una serie de excrecencias alargadas y curvadas, blanquecinas o amarillentas que primero producen cantidad de esporas asexuales, conidios, (que son las observadas) y luego forma peritecios lo que hace que la superficie de estos estromas se vuelva granulosa o tuberculada y se desarrolla sexualmente, algo raro y difícil de observar.


Se siguen observan las distintas especies de Hydnum, algunas como las del Hydnum rufescens formando setales importantes, menos abundnates Hydnum albidum.


Por el contrario de manera muy dispersa encontramos grandes carpóforos de Cantharellus pallens, pero se podría decir que están muy bien representados.


Igualmente destacan setales de Lepista nuda, con coloroaciones bastnate variables.


Sin embargo, los hongos de encina, Leccinellum lepidum, que por estas épocas en otros años suelen salir abundantemente en esta ocasión solo testimoniales.


De igual manera suelen ser abundantes otros años muy diversas especies de Cortinarius, pero en esta ocasión solo hemos observado un par de especies, Cortinarius callochrous.


Y los pequeños Cortinarius casimiri, que podríamos considerar variedades del Cortinarius decipiens.


Bastante bien reprsentadas algunas negrillas como el Tricholoma atrosquamosum de sombrero muy escamoso, pero pie liso.


Otras Tricholomatáceas interesantes observadas han sido el Lyophyllum semitale que ennnegrece al manipularlo.


Y de coloración muy similar, pero sombrero embudado y no ennegreciente, el Pseudoclitocybe cyathiformis.


Las Higroforáceas también suelen estar muy bien representadas en estos bosques, algunas muy llamativas por su colorido como el Hygrocybe conica.


O el Hygrocybe mucronella de sombrero amargo.


Y otras más grandes, viscosas y menos llamativas, llenegas, como el Hygrophorus eburneus.


O el Hygrophorus leucophaeo-ilicis, de sombrero menos viscoso y centro oscuro y pie seco.


Y terminaremos el reportaje con algunas pequeñas especies cuya morfología es muy particular y resultan fácilmente reconocibles, como la Helvella crispa.




O la gelatinosa Leotia lubrica

Relación de especies observadas

Astraeus hygrometricus, Cantharellus pallens, Clavulina cinerea, Clitocybe nebularis, Cordyceps tuberculata, Cortinarius anomalus, Cortinarius callochrous, Cortinarius decipiens, Fuscoporia torulosa, Ganoderma lucidum, Hebeloma longicaudum, Hebeloma longicaudum, Helvella crispa, Hydnum albidum, Hydnum rufescens, Hygrocybe conica, Hygrocybe mucronella, Hygrophorus eburneus, Hygrophorus leucophaeo-ilicis, Hygrophorus leucophaeo-ilicis, Inocybe flocculosa, Leccinellum lepidum, Leotia lubrica, Lepista nuda, Lycoperdon perlatum, Lyophyllum semitale, Lyophyllum semitale, Mycena filopes, Phellodon niger, Pseudoclitocybe cyathiformis, Sarcoscypha coccinea, Stereum hirsutum, Tremella mesenterica, Tricholoma atrosquamosum, 


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