Se conocen como pardillas y plateras a varias especies comestibles
de buen porte con láminas blancas y decurrentes y pertenecientes al antiguo
género Clitocybe, hoy subdividido en numerosos géneros.
La especie más importante conocida como platera o urrilziza
es el Infundibulicybe geotropa = Clitocybe geotropa una de las más grandes de este grupo, con
sombrero rosado, al principio mamelonado y en la madurez embudado o deprimido y
un pie grueso, en general largo.
Considerada como el hermano pequeño, el clitocibe embudado o Clitocybe gibba presenta también una coloración rosada y una silueta similar, enseguida
embudada, pero mucho menos carnosa, pie más fino y en general de sombrero de
menos de 10 cm, sin embargo de similar calidad gastronómica.
Otras dos especies muy relacionadas e igualmente comestibles
pero menos consumidas y valoradas por su rareza y sobre todo por su menor
porte, son el Clitocybe costata con borde del sombrero surcado de pliegues,
Y el Clitocybe squamulosa que como su nombre indica presenta
escamillas o finas desgarradas en el borde o en toda la superficie del
sombrero.
La pardilla o Clitocybe nebularis, por su parte, como indica
el nombre tiene un sombrero de coloración grisácea, no rosada, rara vez
embudado salvo en ejemplares muy pasado, con pie corto y grueso, láminas
blancas fácilmente separables de la carne y un fuerte y peculiar olor ciánico
casi desagradable. Aunque comestible durante mucho tiempo en la actualidad esta
catalogada como tóxica ya que genera trastornos digestivos a muchas personas.
Con sombrero blanco o blanquecino, no grisáceo ni rosado, si
que encontramos un gran número de especies, algunas buenas comestibles y otras
muchas tóxicas, sobre todo las pequeñas y poco carnosas, entre las primeras,
las buenas comestibles y de buen porte, se encontrarías las diversas especies
de Leucopaxillus y especialmente el L. giganteus, todas ellas de especies
amiloides.
Y más peligrosos los clitocibes blancos, la mayoría de
pequeño porte, en general demenos de 5 a 6 cm de diámetro y poco carnoso, pero
alguno de mayor porte como el Clitocybe phyllophila muy común es muy tóxica,
presenta un sombrero blanco con una especie de pulverulencia encima que se va
con los roces y deja ver un fondo rosado.