martes, 4 de julio de 2023

Romanzado (1/7/2023) Carrascal. Primera parte, la explosión de "hongos" y "gibelurdiñes"

Algunas tormentas fuertes de hace unos días han desatado un fructificación casi explosiva de algunos tipos de hongos, algo típico de los bosques mediterráneos. En esta ocasión hemos asistido a una fuerte fructificación de Boletáceas, "hongos" y de Russuláceas, "gibelurdiñes".


Una gran presencia de Boletáceas de poros rojos tales como el Suillellus queletii, muy afín al Neoboletus erythropus, con pie punteado, sin retículas y base del pie color remolacha,



Muy afín al anterior, pero con pie decorado de reticula en la parte superior e igualmente fuertemente azuleante, Suillellus luridus.


Con poros y retícula en lo alto del pie amarillas, el Butyriboletus appendiculatus, género del cual encontramos en estos bosques mediterráneos una muy buena representación.


La que podríamos considerar variedad blanquecina del anterior, Butyriboletus fechtneri, poros y retícula en lo alto del pie amarillas, pero sombrero muy claro, blanco y un poco rosado en los bordes.


Muy parecido al anterior y difícil de separar, el Boletus pulchrotinctus, de pie muy bulboso y poro amarillos que se enrojecen ligeramente en la madurez.


El más llamativo del grupo el Butyriboletus pseudoregius, de sombrero rojizo llamativo y que se diferencia del B. regius en que azulea al menor roce.


Pero sin duda el más llamativo y a la vez peligroso que hemos encontrado ha sido el Rubroboletus satanas, un verdadero espectáculo de colores.


La Imleria badia, es el conocido como "hongo bayo", sombrero algo viscoso, poros amarillos que azulean al tocar y pie con una retícula muy poco marcada, casi imperceptible.


Y por último el Boletus subtomentosus, del antiguo grupo de Xerocomus, de sombrero seco y afelpado y poros grandes y angulosos.


El otro grupo que hemos encontrado de forma exagerada es el de las Russuláceas, setas de carne granuda, con o sin leche al partir, entre ellos el más común el Lactarius mediterraneensis, típico de estos bosques mediterráneos.


Más rara y más interesante, la Russula heterophylla, parece mucho un auténtico gibelurdiñ, Russula cyanoxantha, pero en este caso las láminas son muy frágiles.


Y una auténtica plaga ha sido la Russula olivácea con una amplia gama de tamaños y coloraciones, desde el verdoso al rojizo más o menos decolorado.


La Russula nobilis se diferencia de la anterior por su menor tamaño, su sabor muy picante, colorido más estable y sobre todo sus láminas siempre blancas.


Por último terminamos el reportaje con dos rúsulas de las que presentan lámelulas, blancas, pero no ennegrecientes al partir ni al tocar, una de láminas muy apretadas, Russula chloroides.


Y otra muy similar a la anterior, pero de láminas más espaciadas, Russula delica.

Relación de especies observadas

Amanita ovoidea, Amanita pantherina, Amanita pantherina, Amanita phalloides, Amanita rubescens, Amanita vaginata, Boletus pulchrotinctus, Boletus subtomentosus, Butyriboletus appendiculatus, Butyriboletus fechtneri, Butyriboletus pseudoregius, Cantharellus pallens, Cortinarius anfractoides, Entoloma sinuatum, Ganoderma adspersum, Hygrocybe acutoconica, Hyphodontia quercina, Hypomyces chrysospermus, Imleria badia, Lactarius mediterraneensis, Lactarius mediterraneensis, Lycoperdon molle, Ramaria subbotrytis, Rubroboletus satanas, Russula chloroides, Russula delica, Russula foetens, Russula foetens, Russula heterophylla, Russula nobilis, Russula olivacea, Stereum hirsutum, Suillellus queletii, Tremella mesenterica,

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