martes, 27 de febrero de 2024

Orísoain (25/2/2024) Carrascal.

 Muy pocas especies que se repiten de paseos en otros bosques mediterráneos, pero si miramos con cuidado siempre se observa algo interesante.


La Sarcoscypha coccinea aparece por todo y resulta muy llamativa por sus colorido.


Mas difícil de ver las pequeñas Tubaria, probablemente Tubaria romagnesiana.


Sobre troncos y ramas muertas de Quercus no falta nunca la Daedaleopsis nitida con sus grandes poros más o menos hexagonales.


Y aunque sea en fase incipiente se reconoce fácilmente por su color azul la Terana coerulea.


Tampoco faltan nunca alguna especie de estéreo, generalmente el S. hirsutum, pero también otros como el Stereum subtomentosum.


Y también faltan en pocas ocasiones las diversas especies de Tremella que resaltan por su coloración amarilla, en esta ocasión la Tremella aurantia que desarrolla sobre carpóforos de Stereum.


Sobre los musgos hemos visto gran cantidad de Tulostoma brumale.


En su interior una maraña de filamentos, capillicio, que engloba una gran cantidad de polvo de esporas.


Filamentos que presentan en sus tabique internos unos curiosos engrosamientos que algún médico le podría recordar las sinápsis de las células nerviosas.


Aunque lo verdaderamente importante son todas las esporas que contiene en su interior.


Sobre los tocones viejos también vemos las formas asexuales de Xylaria hypoxylon.


Toda la superficie blanca está formada por terminaciones de hifas, conidóforos que se rompen en esporas asexuales alargadas con las que se reproduce en invierno.


Estas esporas asexuales es la forma normal de expandirse esta especie.


Sin embargo, a finales del invierno inicia su reproducción sexual y las "cerillas blancas" se convierten en cuernos negros y rugosos, estromas sexuales.


En sus interior encontramos las esporas sexuales formadas en ascas, muy diferentes a las asexuales.

Y por último, terminamos el reportaje por una especie rara, segunda cita para Navarra y primera que tenemos ocasión de estudiarla, Cylindrobasidium evolvens.


Sus principales caracteres, unas hifas provistas de unas grandes asas en los tabiques, fíbulas.


Unos basidios muy largos y estrechos.


Que alternan con cistidios fusiformes y que se tiñen poco con el rojo congo.


Y unas grandes esporas en forma de lágrima y con contenido granuloso.


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