En plenitud de fructificaciones los carrascales del valle de Yerri, con gran diversidad de fructificaciones que es imposible transcribir.
Muy abundantes las "lenguas de vaca", Hydnum rufescens con himenio en forma de aguijones y pie estilizado.
En estos bosques mediterráneos también sale abundantemente la "lengua de vaca blanca", el Hydnum albidum, de similar morfología, aunque con aguijones decurrentes, pero de color blanco e igual calidad gastronómica.
También son frecuentes y de distinto interés las distintas los representantes de las Hygroforáceas, las "llenegas", entre ellas el Hygrophorus persoonii, con pie ys ombrero marrón grisáceo y muy viscoso.
Y de similar morfología, pero de color blanco con el centro anaranjado, Hygrophorus roseodiscoideus.
Y mucho más carnosas y consistentes y con aspecto de rúsula, el higróforo escarlata, Hygrophorus russula, comestible mediocre.
Mejor comestible es el Hygrophorus penarius, blanco y con pie radicante.
Se puede confundir con una llenega, pero presenta láminas ocráceas en la madurez y se trata del Cortinarius trivialis, perteneciente a uno de los géneros mejor representados en este tipo de bosques.
Entre los muchos representantes del género Cortinarius y de los pocos comestibles está el Cortinarius europaeus, de color blanco general.
Y uno de los más bonitos y llamativos el Cortinarius ionochlorus presenta un color verde oliva en el sombrero que contrasta con el color liza de las láminas antes de la madurez.
Muy típico y casi exclusivo de estos bosques mediterráneos es el Tricholoma aurantium de un fuerte olor de almendras o harina, pero sin interés culinario por el sabor un poco amargo de su carne.
Y otras curiosidades micológicas como el Lyophyllum infumatum cuyas láminas y en general toda la seta se pone grisácea al frotamiento.
Y el Lyophyllum fumosum es un pariente cercano que no grisea pero sale en ramilletes apretados. Sobre excrementos de caballo y vaca los delicados Coprinopsis nivea, con sombrero y pie pulverulentos.
Dos peculiares "patitas de rata", una pequeña y grisácea, Clavulina cinerea.
Y la Ramaria lutea, amarilla y mucho más grande, propia de estos bosques y para cuya identifficación hace falta el microscopio y comprobar que sus hifas están desprovistas de fíbulas.
Y terminamos con otra curiosidad micológica, las orejas de asno, la Otidea bufonia.
Relación completa de las especies observadas
Agaricus sylvicola, Amanita
pantherina, Armillaria mellea, Bisporella citrina, Cheilymenia granulata, Clavulina
cinerea, Clitocybe gibba, Clitocybe odora, Coprinopsis nivea, Cortinarius
anomalus, Cortinarius callochrous, Cortinarius cotoneus, Cortinarius elegantior
var_quercus-ilicis, Cortinarius europaeus, Cortinarius furtimornatus, Cortinarius
ionochlorus, Cortinarius trivialis, Cortinarius varius, Entoloma rhodopolium, Hydnum albidum, Hydnum rufescens, Hygrophorus leucophaeo-ilicis, Hygrophorus
penarius, Hygrophorus persoonii, Hygrophorus russula, Hypomyces chrysospermus, Inocybe
flocculosa, Lactarius chrysorrheus, Lactarius ilicis, Lactarius
mediterraneensis, Leccinellum lepidum, Lepista nuda, Lycoperdon molle, Lyophyllum
fumosum, Lyophyllum infumatum, Lyophyllum transforme, Marasmius
splachnoides, Mycena galericulata, Mycena polygramma, Octospora musci-muralis, Otidea
bufonia, Protostropharia semiglobata, Ramaria lutea, Rhodocollybia butyracea, Russula
albonigra, Russula ilicis, Russula nobilis, Tremella mesenterica, Tricholoma
acerbum, Tricholoma album, Tricholoma atrosquamosum var_squarrulosum, Tricholoma
aurantium, Tricholoma sudum, Tricholoma terreum, Tricholoma ustale, Tricholoma
ustale,
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