Comprende un gran número de setas pertenecientes al antiguo género Coprinus, hoy en su mayor parte Coprinopsis, en general muy delicadas que en la madurez se descomponen y se licuan en un líquido negruzco debido al color negro de sus esporas. La mayor parte carecen de interés gastronómico por su fugacidad, pero las más grandes son muy llamativas y pueden ser comestibles, y de ellas vamos a tratar este reportaje.
El Coprinus comatus es el más importante y conocido de todos, un excelente comestible, pero muy delicado, frágil y perecedero y por tanto no comerciable. Característico por su sombrero acampanado u ovoideo, blanco y despeluchado y sus láminas negras y delicuescentes en la madurez.
El Coprinopsis atramentaria es característico por su sombrero de mediano tamaño, en dedal, blanco-grisáceo, casi liso, sin desgarraduras, láminas negras y delicuescentes y aparición en grupos. Es también una seta comestible, delicada, frágil y fugaz, pero peligrosa si se consume acompañada de bebidas alcohólicas. ya que impide nuestra digestión del alcohol que es el que verdaderamente nos intoxica.
El Coprinopsis insignis es también otro coprino de buen porte, con sombrero fisurado radialmente como el de algunos Inocybe, sin anillo evidente en el pie y con unas características esporas muy fuertemente verrugosas.
El Coprinopsis picacea es inconfundible entre los coprinos por su gran porte y su sombrero ovoideo, alargado y recubierto de gruesas y amplias escamas blancas que destacan sobre el fondo marrón oscuro del sombrero y que hacen recordar el sombrero de algunas amanitas. Dado su porte se puede considerar comestible.
Posiblemente el más común de todos es el Coprinellus micaceus un coprino tóxico si se acompaña con alcohol que se licua más rápidamente que los anteriores en la madurez, se reconoce fácilmente por su desarrollo en grupos, su sombrero ocráceo, muy estriado-surcado y sus escamillas o diminutos puntitos brillantes que presenta y que brillan con la luz como la mica, de donde le viene el nombre de micáceo.
El Coprinellus silvaticus es similar al anterior, más propio de bosques, de desarrollo generalmente solitario, no en grandes grupos, y sombrero sin escamillas o puntitos blancos. Igualmente tóxico si se consume alcohol como el anterior.
Y el más raro de todos el Coprinellus domesticus, sin problemas con el alcohol y característico por las escamillas que presenta en lo alto.